abril 20, 2009

Timeless Melodies *El Kimono My House de Sparks*



Sparks Kimono My House (1974)


Nunca es tarde para descubrir documentos sonoros que han estado guardados en archivos que parecieran estar bajo el dominio de una especie de logia musical. Por eso no importa que haya escuchado este disco por primera vez 33 años después que salió, así puedo estar seguro (luego de haberlo escuchado mucho más de 33 veces) que me parece uno de los mejores discos de rock que se haya grabado basándome en su música, no por simple nostalgia. Además, es un disco tan adelantado a su época que aún hoy hace que su sonido se convierta en una experiencia totalmente contemporánea. Esto es Timeless Melodies en todo el esplendor de la expresión.

También debo aclarar que hago mención especial de este disco principalmente por su contenido, no sólo porque se llame Kimono My House y aparezcan dos trashy-geishas en la portada (que se ven de lo más simpáticas en esta zona del blog)


Sparks es una especie de colectivo que gira alrededor de los dos hermanos Mael; Ron (bigotes hitlerianos y teclados) y Russell (pelilargo y voz), dueños del ingenio musical que rodea el sonido del grupo.

Desde un principio ya era obvio que estos músicos iban en otra(s) onda(s); una Glam antes que The New York Dolls, una Art antes que Roxy Music, una Proto-punk antes que Television, una New Wave antes que Talking Heads y una tan Única como Sparks. (ojo, no soy un inconsciente que minimiza la importancia de los grupos mencionados, todo lo contrario, se trata de una comparación que hago de los Mael con grandes de la historia musical)

Empezando los '70 graban en su ciudad natal, Los Angeles, sus primeros dos discos, pero la poca gente que llega a escucharlos parece no entenderlos mucho. En Inglaterra la cosa es diferente, allá son una sensación para un selecto grupo que los entiende y finalmente, hacen que Sparks se mude de continente y pase a ser una banda casi casi británica (el acento de Russell al cantar a veces puede ser más británico que el de Tony Blair).

Con una reputación merecidamente establecida (al menos en suelo inglés), los hermanos Mael entran eufóricos e inspirados a los estudios para continuar lo que habían empezado con su debut: Halfnelson (1971) y su 2do. disco: A Woofer in Tweeter's Clothing (1972). Así nace esta joya llamada Kimono My House. La banda que los acompaña en la grabación es también responsable del sonido vanguardista y sofisticado de este disco.

Desde su arranque, con This Town Ain't Big Enough For Both of Us, primer single del álbum y una de sus canciones insignia (cada canción de este disco lo es) se puede notar que lo que viene no es nada parecido a lo que se ha escuchado hasta el momento, es rock, si, pero el súper falsetto de Russell ya es algo que seguro habrá extrañado (y sorprendido) a muchos, la melodía de la letra se acerca a las acrobacias vocales escuchadas en ópera, la batería marca tiempos llenos de energía, mientras que las guitarras van escupiendo tonadas bastante rockeras que harían a cualquier admirador del género sacar su air guitar y comenzar a tocarla desaforadamente. Amateur Hour sigue impecablemente la línea poniéndole más velocidad al ambiente para luego desembocar en Falling in Love with Myself Again, que con su intro grandioso nos sumerge luego en una especie de vals-rock cuya melodía se queda en tu subconsciente por un buen rato. Llega entonces Here in Heaven, una canción tragicómica que habla de una pareja que había acordado suicidarse junta, pero luego que el novio muere, ella se arrepiente y rompe el pacto, quedando viva, el novio le reclama desde el más allá: "Up here in heaven without you it is hell knowing that your health will keep you out of here for many many years" la melodía es dramática y contrasta perfectamente con la propulsión instrumental que acompaña a la voz. Luego viene Thank God It's Not Christmas, que despega de manera proto-new-wave para luego convertirse en un pieza que pareciera sacada de un musical de culto. Hasta Mañana Monsieur es la canción que le sigue, dedicada a una chica que es guía turística pero no habla inglés y con la que es difícil entenderse por la diferencia de idiomas, otra grandiosa pieza operática en la que se escucha una que otra castañuela. El proto-new-wave vuelve a hacerse presente con Talent is an Asset, canción dedicada a Albert Einstein (cuando era niño), con una batería propulsada a generosa velocidad a la que se unen unas campanas que provoca acompañar con unas palmadas justo antes que la voz entre con otra de esas melodías nada convencionales pero totalmente pegajosas, los coros que se mezclan con la primera voz generan un ambiente de comuna en anfetaminas que canta junta para nuestro máximo deleite. En Complaints no hay ninguna razón para quejarse, a menos que no te gusten las guitarras eléctricas que entablan conversaciones con pianos veloces y coros llenos de euforia. Cuando creías que este disco te iba a dar un descanso, suena In My Family, sólo para que aprendas a agradecer que el descanso no está a la vista aún, más baterías llenas de cambios junto a las más energéticas guitarras y más letras llenas de ironía: "...Gonna hang myself from my family tree". En Equator, la velocidad baja un poco y escuchamos la voz de Russell balanceándose sobre el piano de Ron, un saxofón los acompaña en algunos pasajes, hasta que llega la parte final de la canción, convirtiéndose en una especie de prueba de tolerancia para los escuchas amateurs; la voz más aguda del disco que pincha los oídos sin dar tregua durante los casi 2 minutos que dura el epílogo de este tema, el saxo suena casi sin melodía, es una textura que soporta el jamming vocal final. Al momento que llega Barbecutie, puedes estar, o exhausto o queriendo escuchar más, esta canción es un b-side que al final incluyeron en futuras re-ediciones, supuestamente no tiene mucho que ver con las demás canciones, pero en realidad suena como si fuera una de las primeras en haber sido grabadas, los pies siguen moviéndose al escucharla. Y para cerrar tenemos Lost and Found, otro bono cortesía de la re-edición que empieza de una vez con todo el arsenal sonoro, sin rodeos, ni crescendos, una manera perfecta de cerrar esta obra maestra que ni por un segundo tiene desperdicio y está perfectamente alimentada con letras de colección.

El impacto de este disco no se sintió tanto en el público (americano) sino en la poderosa influencia que ejerció en futuros músicos. Para muestra, una carta que mandó Morrissey (si, el de los Smiths) a la revista NME (New Musical Express) cuando éste era un chamín de 13 años, esto es lo que dijo en su carta:

"Today I bought the album of the year. I feel I can say this without expecting several letters saying I'm talking rubbish. I bought the album on the strength of the single. Every track is brilliant, although I must name 'Equator', 'Complaints', 'Amateur Hour' and 'Here In Heaven' as the best tracks and in that order”. Steven Patrick Morrissey. (NME - November 1974)

Luego , cuando The Smiths eran ya grandes, declaró que al escuchar Kimono My House terminó de decidir que la música iba a ser su motivo de existencia.

Otros artistas que han nombrado a Sparks como una importante influencia han sido: Siouxsie Sioux (The Banshees), Alex Kapranos (Franz Ferdinand), Mike Patton (Faith No More, Mr. Bungle, Tomahawk, etc, etc, etc.), Depeche Mode, Björk y la lista sigue y sigue. Es decir, los influenciados resultaron tener muchísima más difusión que su influencia.

Los hermanos Mael siguen activos y para nada se han quedado estancados, más bien han ido incorporando nuevos elementos a su ya exclusivo cocktail; industrial, electrónica, synth-pop, música clásica y más rock son algunos de los sonidos que podemos escuchar en sus discos post-kimono. De hecho, muchos entendidos han colocado a Hello Young Lovers (2006) como uno de los mejores discos que ha sacado Sparks, y eso que es el 20avo. en su carrera ¿hacen falta más pruebas de calidad? si, hace falta que los escuches.





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