julio 27, 2011


SAN FRANCISCO GIG REPORT
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ECHO & THE BUNNYMEN
Con KELLEY STOLTZ 
19 de mayo

Cuando la trayectoria de un grupo se remonta a más de 30 años y 13 discos, seguirle la pista a todo su material se convierte en una tarea que sólo los fanáticos más entregados están dispuestos a hacer. Pero para aquella noche el repertorio de ese grupo, Echo & The Bunnymen, iba a consistir únicamente de sus 2 primeros -y legendarios- discos; Crocodiles -1980- y Heaven Up Here -1981-, que serían tocados de principio a fin en el no menos legendario TEATRO The Warfield.


la zona < EL TEATRO
Queda en una de las cuadras del tristemente célebre Tenderloin. Si vas caminando en dirección sur por Market Street desde la zona family friendly que bordea los alrededores de Union Square y notas que el ambiente se torna algo dark y ves a homeless mezclados con personas de dudosos hábitos, sabes que estás cerca de The Warfield, que está al lado de un strip club llamado Crazy Horse


Con una fachada modesta y una marquesina que ha llevado rosca desde quién sabe cuándo, entrar a este TEATRO es como cruzar un portal hacia el apogeo de la época victoriana. Con su hall de entrada donde hay una pared llena de posters enmarcados que muestran a un montón de artistas en plena acción sobre su escenario y conducen al pasillo que te llevará hasta cualquiera de las entradas al recinto principal; un TEATRO majestuoso -86 años de historia- con 3 niveles desde donde 2250 personas pueden disfrutar una visual privilegiada del show. Una vez dentro, sólo te puedes preguntar ¿Esto de verdad queda acá?




Mi lugar para esa noche era en general admission, que para este concierto estaba libre de sillas. Sobre nosotros, las filas de asientos enumerados, todos ocupados. Lo primero, ir a una de las 3 barras para la cerveza respectiva; un vaso como de un litro que iba a campanear durante al menos la primera mitad del show de los Bunnymen, que estaba arrancando... ahí me di cuenta que llegué tarde para ver al telonero, Kelley Stoltz. Sorry Kelley, directo al grano. Ya Ian McCulloch saludaba a la ciudad antes de comenzar la 2da. canción mientras me abría paso entre punks encrestados, señores de 50, gente contemporánea y miembros del staff estresados. 


La primera parte del set fue Crocodiles con una dosis extra de fuerza. El sonido era perfecto aliado de la contundencia con la que estaban tocando aquellas canciones de 1980; Monkeys, Crocodiles, Villiers Terrace, Read it in Books, Happy Death Men, cambiaban sus guitarras limpias, típicas del post-punk, para darle un carácter que tenía más punk que post. Seguro los encrestados se estaban dando banquete, en realidad, todos nos lo dábamos, era imposible no cabecear con tanta intensidad. Al terminar de tocar ese disco, nos dieron un par de canciones extra, una de ellas Walk on the Wild Side de Lou Reed.


Echo & The Bunnymen at The Warfield. May 19th. 2011. Photo by Paige K. Parsons. Published by The Color Awesome


Una vez terminado el 1er. set del concierto, había un break de unos 15 minutos, "go out and smoke a cigarette... or whatever" sugería Ian.


Si todo el disco Crocodiles sonó potente, no podía esperar para escuchar cómo iba a sonar Heaven Up Here, el siguiente disco, que originalmente es más denso y fuerte. Hasta que arrancó Show of Strength con toda la masividad sonora esperada. El público inmerso en el performance, siendo parte de un show de colección y pasándola igual de bien que el propio Ian, famoso por su temperamento y comportamiento impredecible, pero que esa noche estaba en el mejor de sus humores: "even a shitty mood can go away when we perform here", había dicho al principio de la noche -en la que no paró de fumar-. With a Hip y Over The Wall siguieron llenando el teatro de power mientras el grupo, cuyos únicos miembros originales eran Ian y el guitarrista Will Sergeant, demostraba total dominio del repertorio, dándole además ese toque extra de adrenalina.


Echo & The Bunnymen at The Warfield. May 19th. 2011. Photo by Paige K. Parsons. Published by The Color Awesome

Tocado todo el Heaven Up Here, hicieron la despedida-fake reglamentaria para dejar el escenario y ver qué tan duro -y durante cuánto tiempo- podíamos aplaudir hasta que se montaran otra vez. Se hicieron rogar, tal vez durante unos 5 minutos les estuvimos inflando el ego a punta de aplausos. Y entonces salieron. Ian dijo "this is one of the five best songs in history" y arrancó la que muchos pensamos iba a ser una gran ausente por no pertenecer a ninguno de los 2 discos de la noche: The Killing Moon. Sin embargo a mitad de canción Ian mandó a parar al grupo y volver a empezar, esta vez no la cantaría él sino el público. No estoy seguro si lo hizo para darle interacción al show o simplemente porque no le provocaba cantarla. 

Una noche que pudo haber sido de música nostálgica sino fuera por el hecho que ha influenciado a tantos grupos y artistas actuales que la han mantenido vigente y siempre presente. Si Ian si, genial.


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