septiembre 06, 2011


SAN FRANCISCO GIG REPORT
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YELLOW MAGIC ORCHESTRA
Con PREFUSE 73
27 de junio

Era la primera vez desde el '81 que Yellow Magic Orchestra tocaba en los States; un pequeño gran acontecimiento que movió a gente de otras ciudades hasta la "sucka free city". Había que  estar en el regreso de los Kraftwerk japoneses.


Por motivos de constante y divertida sobreactividad no había comprado mi entrada, eso lo dejé para última hora al mejor estilo veneco. Así que unos 20 minutos antes que comenzara el show me abría paso por las calles entre gente que caminaba a velocidad de crucero porque no estaban ansiosos temiendo perderse a YMO. Unos cuantos "excuse mes" y "sorries" después, llegué hasta los poco transitados alrededores de la cuadra dark, generalmente tomada por gente homeless, donde está el teatro. A primera vista parecía que era demasiado tarde, que ya la cosa había empezado y conseguir entrada iba a ser pura ilusión, pero las 9 ó 10 personas alineadas frente a la puerta eran una esperanza. También estaban ahí para comprar sus entradas a último minuto, uno de los bouncers me dijo que si quedaban... y suficientes. Los que estábamos en la cola nos preguntábamos cómo podían quedar tickets para un concierto de esa talla y estando a punto de comenzar. Era un alivio que no estuviese sold out, pero al mismo tiempo nos extrañaba a quienes agradecíamos nuestra suerte minutos antes de entrar. 


Traspasada la entrada del teatro. 

Unos que otros beats hip-hoperos enterrados bajo los ruidos digitales de Prefuse 73 fueron los anfitriones que me dieron la bienvenida cuando llegué desde mi 1ra. estación obligada; la barra, hasta el balcón 4 para buscar el asiento 22 en una sala cuyo 2do. piso estaba lleno... de sillas vacías ¿Acaso ahí estaban todos los que viajaron desde otras ciudades + todos los seguidores de SF? no creo que haya habido mucho más de 1000 personas en un teatro que tiene capacidad para 2250. Lo bueno es que en mi fila de asientos sólo 3 estaban ocupados -contándome-, así que el confort era total, por lo que quiero agradecerle a unas 1000 personas random el hecho que se hayan quedado en sus casas ahorrándose $59,50 que seguro gastarían el próximo viernes en una discoteca bailando Pitbull.

Incluido como telonero apenas un par de semanas antes del concierto, Scott Herren -A.K.A. Prefuse 73- se refugiaba tras su laptop y consola junto a un músico invitado que hacía lo mismo. El repertorio elegido fue su lado más ambiental, sólo de vez en cuando sonaban algunos breakbeats que se abrían paso entre la gruesa película de ruido blanco que estaba cubriendo la sala, siendo la mayoría de su set un paisaje abstracto que hubiese ganado mucho más con las pistas de esas voces femeninas recurrentes en sus discos; Zola Jesus, Trish Keenan -R.I.P.-, Claudia Deheza, etc. En fin, lo diferente que es su música a la de YMO hizo que unos cuantos hayan dicho que terminaron siendo un telonero-a-última-hora-innecesario. Para mi fue un preludio que mereció atención y aunque tenía poco o nada que ver con lo que vendría después -electrónica, el único punto en común-, estuvo a la altura.

Luego de la pausa respectiva, en la que me dio tiempo suficiente para volver a la barra por otro ½ litro de Stella, caminar por el hall -en ese momento desierto, todos sentados adentro en la sala- viendo en sus paredes las fotos enmarcadas de músicos tocando ahí en los últimos años y regresar a mi asiento con parsimonia grosera, comenzó YMO.

Oscuridad casi total en el teatro y un intro de esos que le dan suspense al arranque de un show; tonos del tipo ambiental con tensión cinematográfica que causaban ansiedad generalizada en el público, queriendo saber de una vez con cuál canción iban a empezar el repertorio. Hasta que soltaron las melodías orientales de Firecracker, dimos una ovación-flash para no interrumpirlas y ahí mismo todos en absoluto silencio dejando que los ritmos electro-pop pionero del grupo fuesen los únicos sonidos presentes. Todos sentados, tratando de bailar lo menos efusivamente posible en nuestros respectivos asientos para no vernos ridículos a medida que sonaba clásico tras clásico; Seoul MusicBehind The MaskCosmic Surfin', Rydeen... Ryuichi Sakamoto frente a su sintetizador, cantando con vocoder, megáfono o a micrófono limpio, según lo pidiera la canción, mientras la dupla Takahashi / Hosono lo acompañaban en las voces, sintetizadores y bajo junto a 3 músicos adicionales encargados de más sintetizadores y batería. Pocas palabras entre tema y tema,  que sonaban con impecable ejecución, digna de unos experimentados profesionales japoneses. El encore fue de 2 canciones, la última de ellas Tong Poo, otra de las -más- legendarias del grupo. Luego sí pudimos dar la ovación extendida que tanto estábamos queriendo dar desde un principio. 

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